Un tribunal de Chile dictaminó que los conciertos de Roger Waters en el país pudieran seguir adelante, a pesar de los intentos de bloquearlos por acusaciones de antisemitismo.
El Comité Representativo de Entidades Judías en Chile había tratado de impedir los conciertos citando la supuesta historia de incitación al odio antisemita de Waters. Sin embargo, la Corte de Apelaciones de Santiago desestimó la oferta, afirmando que no se mencionaron hechos que violaran las garantías constitucionales.
Un grupo de artistas chilenos también escribió una carta a la Corte de Apelaciones, implorándoles que permitieran que los espectáculos siguieran adelante. Waters ha insistido en que no es antisemita y ha defendido su postura crítica hacia el gobierno de Israel y su apoyo a Palestina.
